Una pregunta recurrente de nuestros clientes es cómo combinar huerto y jardín en un mismo espacio. ¿Alguna vez has pensado que muchas de las plantas que se usan en jardinería son comestibles y puedes usarlas en tus platos favoritos? Y es que la funcionalidad de un jardín no tiene que estar reñida con su belleza.
Siempre hemos hecho hincapié en que detrás de un gran jardín hay una buena estrategia y planificación, donde se toman en cuenta diferentes factores, como el uso que queremos darle, la zona geográfica, condiciones ambientales y climatológicas, costes (para el bolsillo y para el medio ambiente), etc., de tal manera que seamos capaces de hacer confluir estética y funcionalidad.
Hemos insistido mucho en las grandes ventajas de tener un jardín productivo en casa. La jardinería sostenible no sólo nos da la satisfacción de poder reducir nuestra huella ecológica mediante el cultivo de alimentos propios, también contribuye a nuestra salud y la de nuestra familia. Obtendremos una diversidad de alimentos deliciosos y no procesados. Además, está demostrado que el cuidado de nuestras plantas reduce los niveles de estrés y ansiedad de manera significativa.
Elementos de un jardín con huerto
¿Qué elementos solemos encontrar dentro de un jardín donde conviven huerto y plantas ornamentales? Sobre gustos, no hay nada escrito, así que podemos encontrar una gran variedad de plantas/especies que van desde árboles, plantas arbustivas, hortalizas, plantas ornamentales, muros con enredaderas, flores, etc.
La presencia de arbustos y árboles frutales en un jardín proporciona un sinfín de beneficios, tanto para las personas como para la vida salvaje. Constituyen un hábitat ideal para insectos arborícolas, mamíferos y aves. Asimismo, hay varias especies que aportan sombra natural, añaden color (sobre todo en época de flor o fruto) y su altura le da un plus de frondosidad a las vistas del jardín.
Si el espacio es limitado, piensa en un par de especies que puedan convivir, como un manzano y un ciruelo. O planta árboles frutales pequeños, como kumquat (naranjo chino), cerezo, granado o peral, que incluso pueden vivir dentro de una maceta. Otras opciones son los arbustos de bayas comestibles, como la zarzamora, el frambueso o el grosellero, que aportarán deliciosos aromas y colorido a tu jardín. El arándano, o la vid, son de las trepadoras más jugosas, cuyas preciosas hojas decorarán tu verano, y en otoño podrás deleitarte con sus frutos.
Las plantas aromáticas, además de sus beneficios culinarios y medicinales, son un gran elemento decorativo, así lo demuestran las hojas de la albahaca, el eneldo o la menta. También nos encanta la sutil belleza del romero en flor, y la lavanda.
La composición de hortalizas, plantas aromáticas y flores dentro de un mismo espacio es de gran utilidad, ya sea dentro de jardineras o grandes macetas, que pueden estar en la terraza o el balcón. Evitar el monocultivo nos ayudará a tener un huerto en equilibrio y libre de plagas. ¿Sabías que existen flores de tonos blanquiazules que protegen nuestra cosecha (pimientos, berenjenas o calabazas)? Como la borraja, que embellece el huerto, atrae insectos polinizadores ¡e incluso se come!
El diseño, la clave para aprovechar el espacio
Una vez se haya realizado un análisis previo del espacio que hará convivir huerto y jardín, se puede pasar a la fase del diseño. Si se trata de un jardín amplio, donde convivirán varios árboles, el orden y la disposición serán clave para aprovechar el espacio. Elementos como el suelo, el clima, el riego o la disposición de cada zona, serán fundamentales a la hora de planificar.
En este sentido, es importante dejarse llevar de la mano de un profesional. Estamos habituados a ver cultivos de árboles frutales dispuestos en hileras paralelas y quizá esa no es la idea que tenemos para nuestro jardín. Sin embargo, los expertos son los que nos ayudarán a colocarlos, de tal manera que se cumpla con estética, ahorro de espacio y que a la vez logremos sacar el máximo provecho a nuestros árboles para hacerlos super productivos. ¡No hay nada más placentero que verlos florecer en primavera, para luego en otoño recoger una deliciosa y jugosa cosecha!
Dependiendo del espacio que se disponga, se pueden crear zonas específicas y en varias capas. Como una amplia red de árboles frutales y de frutos secos, con claros abiertos entre ellos, plantas tapizantes debajo y la presencia de pasto.
Y como la inspiración es parte del proceso creativo, no podemos dejar de lado algunos ejemplos de cómo combinar huerto y jardín. El Castillo de Villandry es la muestra perfecta de ello, un auténtico tesoro de la jardinería ornamental. Los lienzos que entremezclan flores, hortalizas y plantas aromáticas son verdaderas delicias visuales.
En definitiva, un jardín que convive con un huerto no puede más que aportar color, alegría y salud a nuestras vidas. Si estás pensando en dar ese paso, recurre a nuestros expertos, que te aconsejarán para sacar el máximo provecho a tu oasis vegano.