Las características de un jardín mediterráneo van mucho más allá de una selección de especies vegetales locales (árboles, flores u hortalizas), dado que entran en juego otros elementos como los materiales, el clima o incluso la fauna que habita en él.

El jardín mediterráneo se ha mantenido desde la antigua Mesopotamia, pasando por el imperio romano y los jardines árabes de Al-Andalus. Hoy en día sigue siendo un gran representante de nuestro territorio, tomando el relevo en los jardines de la costa californiana de Estados Unidos, Sudáfrica o hasta Australia.

De hecho, la ciudad Condal ofrece la posibilidad visitar sus jardines más representativos, entre los cuales encontramos el icónico Jardín Botánico de Barcelona, que ofrece un paseo por 5 regiones del mundo con vegetación y de clima mediterráneo.

 

Elementos clave del jardín mediterráneo

Y ¿cuál es el elemento que tienen en común todos estos lugares? Justamente el clima mediterráneo. Un clima poco lluvioso, seco y caluroso en verano, y de inviernos suaves con heladas poco frecuentes.

Otra característica clave del jardín mediterráneo, en términos de paleta vegetal, son las variedades de especies autóctonas más representativas y fáciles de hallar en el mercado.

  • Trepadoras caducifolias, como las vides emparradas o la viña virgen, utilizadas en pérgolas para un control solar a lo largo del año. Una gran solución para atenuar los rayos solares en verano, y embellecer una terraza.
  • Especies de árboles como el olivo, la higuera, el níspero, los caquis, el naranjo o el limonero, perfectamente adaptados a este clima. No sólo en cuanto a sus necesidades hídricas, también en términos de floración y la época en que nos ofrecen sus frutos, por lo que son ampliamente utilizados para la obtención de alimentos, aromas y una gran variedad de productos. Tampoco pueden faltar los árboles de sombra, como el tilo o la morera.
  • Gran cantidad de aromáticas, como la hierbaluisa, la tila o la menta, ideales para preparar deliciosas bebidas frías o calientes. También podemos tomar un rico gin-tonic elaborado con enebro, o un licor de hierbas tradicionalmente mediterráneas.

En términos decorativos, el jardín mediterráneo suele tener inclinación por la utilización de materiales pétreos disponibles en el entorno. Un ejemplo representativo es el uso de la piedra local en las vías romanas. Y es que, dependiendo de la zona del Mediterráneo, podemos encontrar elementos tradicionales y variedad de arcillas como: pavimentos de rasilla, o macetas de terracota de diferentes formas y tamaños. Otro ejemplo lo encontramos en los característicos patios andaluces, con sus azulejos decorados de herencia árabe, sus fuentes y la presencia de hierro forjado en barandillas y soportes.

De esta forma podemos encontrar todo tipo de jardines mediterráneos que van desde bancales o terrazas en espacios destinados a huertas, hasta parterres con zonas arbustivas, plantas aromáticas o flores, para el deleite de los sentidos.

jardinería mediterránea

 

Jardines mediterráneos y sostenibles

Hoy en día es casi imposible hablar de un jardín sin tomar en cuenta la sostenibilidad, ya sea para el diseño del mismo, como para su mantenimiento. La buena noticia es que los que habitamos en esta región tenemos todo al alcance de nuestra mano para conseguir un precioso jardín mediterráneo que, bien planificado, ¡puede llegar a ser el jardín más sostenible!

Y aquí entran varios factores entre los cuales vamos a destacar los que consideramos más importantes y de grandes beneficios.

Como en toda arquitectura y paisajismo sostenibles, hemos de partir de la utilización de materiales de proximidad, en pro de buscar una coherencia con el medio ambiente y de construir espacios confortables.

Del mismo modo, un correcto diseño del sistema de riego conlleva una buena gestión del agua. Las especies mediterráneas suelen consumir poca cantidad de este bien escaso. Sin embargo, en los días más cálidos, tendremos que intensificar el riego para compensar la pérdida por evaporación, sobre todo durante el verano. Un buen sistema de riego nos facilitará el mantenimiento, al igual que asegurarnos de tener el suelo en buenas condiciones.

Incluir especies de plantas que tenemos en el entorno nos dará grandes ventajas, no sólo a nivel económico, sino también en cuanto a optimización de tiempo. Se reproducirán de forma dinámica, lo cual implica una renovación constante de acuerdo con las estaciones. Es decir, podremos ver floración durante prácticamente todo el año.

Finalmente, un elemento poco evidente pero muy necesario para nuestro jardín: la fauna silvestre. Todo aquel que cuide de un jardín debe saber lo importante que es atraer especies como aves e invertebrados como mariposas, luciérnagas, abejas… Evita insecticidas que puedan afectar a estas especies y recurre a los de origen natura. En referencia a este tema tenemos otro artículo por habla de los insecticidas naturales para plantas.

 

Recuerda que un jardín no son sólo plantas. Se compone de una mezcla de elementos que deben convivir en armonía, tomando en cuenta muros, suelos y terrazas, escalones, estanques, materiales y texturas, creación de zonas y recorridos… En Ésverd podemos ayudarte con el proyecto en su totalidad, desde la idea hasta la ejecución.